viernes, 16 de noviembre de 2012

Frutos secos para prevenir enfermedades cardiovasculares

Un estudio publicado por el Journal of the American College of Nutrition señala que el comer frutos secos con regularidad puede beneficiar directamente la salud cardiaca. Para llegar a esta conclusión, los científicos de la Universidad Estatal de Louisiana utilizaron los datos de más de 13 mil personas de ambos sexos y mayores de 19 años, quienes comieron almendras, nueces, castañas, avellanas, pecanas, piñones y pistachos por un determinado tiempo. Todas estas personas habían sido participantes de los Sondeos de Salud y Nutrición de Estados Unidos, donde se registro sus hábitos de consumo de 1999 a 2004.

Se analizaron los datos relativos a los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular y se compararon los resultados obtenidos en relación a la cantidad de frutos secos de cáscara dura que eran consumidos por los participantes en el estudio cada día.

Los resultados mostraron que quienes comían 7 gramos o más de frutos secos al día tenían mayores niveles de lipoproteína de alta densidad (HDL o “colesterol bueno”) y menores de proteína C reactiva, la cual, entre otras complicaciones, puede ocasionar problemas cardiacos.

Además, los investigadores concluyen que “el consumo de estos frutos secos está asociado a 5% menos prevalencia de síndrome metabólico“. Esta afección hace alusión a un conjunto de factores de riesgo que se presentan de forma simultánea (obesidad abdominal, hipertensión, altos niveles de glucosa en ayunas y bajos niveles de HDL). De igual manera, los consumidores de frutos secos tenían un menor peso corporal, un menor índice de masa corporal y una cintura más pequeña.
Otros estudios nutricionales han mostrado que el consumo de frutos secos entre la población es relativamente bajo. Si a esto le unimos que las enfermedades cardiovasculares se han convertido ya en la principal causa de muerte en la mayoría de países industrializados, este grupo de alimentos podrían ser una herramienta muy valiosa para combatir tanto esta epidemia como la de obesidad.

Siguiendo a la profesora titular del Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la UCM y Miembro del Consejo Asesor del Instituto Flora, Rosa Ortega que nos indica que “el consumo moderado de frutos secos no aumenta el peso y resulta saludable”. Por tanto, debemos ser cautos con las cantidades que consumimos de frutos secos, ya que es un alimento con una alta densidad calórica. Por esta razón, hay que contar con profesionales que nos asesoren en los cambios de nuestros hábitos de vida, y recordar que el cuidado de la salud empieza en el momento en que elegimos lo que vamos a comer y en que cantidades lo vamos a hacer.

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