Vivimos en una sociedad cada vez más enferma y sedentaria.
El poder de la actividad física sobre la salud se ha intuido siempre, sin
embargo en los últimos años se están publicando cada vez más estudios
relacionados con este binomio (ejercicio físico y salud), demostrando unos
impresionantes resultados y evidenciando los mecanismos por los que la práctica
de ejercicio físico contribuye en la mejora y mantenimiento de la salud. Una de
las últimas líneas de investigación relaciona el ejercicio físico con la salud
mental, lo que le otorga mayor significado, si cabe, a la expresión “mens sana
in corpore sano”.
Hasta no hace muchos años se consideraba que los efectos
positivos de la práctica de ejercicio se debían básicamente a que el cerebro
recibía mayor cantidad de sangre por el aumento del ritmo cardiaco, por lo que
estaba mejor oxigenado y nutrido. Hoy en día se está viendo que la mejora de la
salud mental gracias al ejercicio físico es debida a una gran variedad de
efectos, los cuales aun estamos empezando a descubrir y a los que globalmente
les llamamos sistemas de neuroprotección fisiológica.
Uno de los últimos estudios que han salido a la luz sobre
esta temática concluye que la práctica de ejercicio físico es más beneficioso
sobre el cerebro que la actividad mental. Pero no es la única investigación que
trata esta temática, otro estudio
interesante resume los beneficios de la práctica moderada de ejercicio físico
afirmando que sirve para mantener el cerebro sano y prevenir enfermedades
neurodegenerativas, no solo por un mantenimiento del aporte adecuado de
nutrientes, sino también optimizando la eficacia funcional de las neuronas
interviniendo en procesos de excitabilidad neuronal y de plasticidad sináptica.
Además, el estudio deja abierto a nuevas investigaciones el papel de ciertas
hormonas en este proceso protector.
Por otro lado, también se trata esta temática desde el puntode vista académico. Al parecer el ejercicio físico no solo previene
enfermedades neurodegenerativas, sino que contribuye a la creación de nuevas
conexiones cerebrales entre neuronas, aumentando la capacidad cerebral y, por
tanto, mejorando el establecimiento de relaciones conceptuales a cualquier
nivel. En otras palabras, la actividad física es una herramienta para mejorar
el rendimiento académico, siendo las actividades más aconsejables aquellas que
exijan un alto nivel de coordinación y habilidad.
Otro estudio realizado sobre ratones por el Departamento de
Neurociencia de la Universidad de Cambridge y del Instituto Nacional de Envejecimiento
del estado norteamericano de Maryland revela que no sólo se mejoran las
conexiones nerviosas, sino que el ejercicio físico es capaz de potenciar el
crecimiento de neuronas en el hipocampo.
Aún queda mucho por estudiar y descubrir sobre la conexión
existente entre la práctica de actividad física y la salud mental. A pesar de
ello, queda totalmente claro con lo que
se sabe a día de hoy que podemos incluir la mejora de la salud mental a la
interminable lista de beneficios que ofrece la práctica de actividad física
sobre la salud en general. Me reafirmo en mi insistencia sobre que las dos herramientas más potentes de prevención en salud son la realización de ejercicio físico regular y una óptima alimentación. De esta manera estaremos
reduciendo al mínimo la probabilidad de sufrir cualquiera de las enfermedades
crónicas que azotan las sociedades industrializadas, haciéndose patente la
relación entre el sedentarismo y una mala alimentación con dichas enfermedades.
Cada vez somos más los profesionales del mundo de las
ciencias de la actividad física y el deporte especializados en el campo de la
salud, así pues, mi consejo es claro: cuenta con nosotros para mejorar tu
calidad de vida, invierte en salud.
Publicado también por JCBenavente en:
http://revistadigital.inesem.es/sociosanitario/ejercicio-fisico-y-salud-mental/
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